No creo que una crisis como ésta acabe con la Iglesia Católica Apostólica y Romana, tal y como la conocemos y la hemos conocido durante siglos. Pero por soñar, que no falte. Y aun así, es curioso: dos mil años esperando que todo el entramado mafioso-barra-oscurantista del Vaticano se viniera abajo, para que ahora, la mayor crisis en décadas de la Iglesia vaya a venir de la mano de algo tan vil y tan patético como el abuso de menores. No sé, como poco, me resulta decepcionante. Que no sean las ideas y la apertura mental las que hagan tambalearse a Ratzinger y sus acólitos, sino la corrupción sexual...
Mmm, a veces, la historia, como la propia vida, tiene sus ironías. Una ironía que no me deja buen sabor de boca. Es un triste triunfo, que tiene el amargo regusto de lo vergonzoso.
La liberalidad, el concepto del respetar al prójimo a pesar de sus ideas, religión o raza, parece no encontrase en tu escrito.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en la crisis nimia y oscura del buen royismo actual.
Pedrastia, puta mierda verdad?