Hace ya unos días que salió a la palestra todo el tema del Manifiesto por una lengua común en defensa del castellano, y yo, de veraneo como estaba, no me había enterado. Después, cuando me he querido enterar bien del tema, ha sido muy de refilón, y de una manera muy mediatizada. El tema es polémico, lo sé, y ya sabéis que, en principio, defender una lengua (sea la que sea) me parece absurdo. Pienso que las lenguas, como seres inanimados que son, no tienen derechos. Los que tienen derechos son los hablantes. Derecho a comunicarse libremente, a que su voz se oiga, pero no sé si derecho a una lengua en particular. Si yo me voy a Japón, como persona puedo exigir mi derecho a ser oído, pero no a ser oído en español. Si quiero poner en práctica mi derecho a ser oído en Japón, deberé usar el japonés o si acaso el inglés (sabiendo que entonces no llegaría a tanta gente, pero que por otro lado me serviría para ser oído en casi cualquier parte).
Hoy en El País viene esta columna que también pone en duda ese supuesto derecho a hablar una determinada lengua. Creo que el autor no va mal encaminado, y estoy bastante de acuerdo, pero aun así reconozco que el tema me crispa un poco por lo mal que nos lo estamos montando en general y por lo complicado que nos gusta hacerlo todo. ¿Qué pensáis vosotros?
miércoles, 16 de julio de 2008
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1 comentario:
Opino que cada uno es libre de hablar con la lengua que le venga en gana. Si no fuese importante, ¿para qué aprenderíamos idiomas? Existen lenguas porque la gente las habla, las mantiene vivas, las genera. Todos tenemos derecho a hablar en castellano, japonés o en singapurín estemos donde estemos. Pero si te quieres hacer entender y eres consciente de que el otro no te comprende, hay múltiples formas para solucionarlo sin acuerdos absurdos o bombardeos. No entiendo el revuelo que se genera porque los catalanes hablemos en catalán o los gallegos en galego y los vascos en euskera y los almerienses en almerisín. No seamos ridículos, ¿acaso nos asombra que los franceses hablen francés? Será una lengua minoritaría pero es una lengua hablada, escrita, leída, escuchada... y como tal debería entenderse y respetarse su uso. Me gusta tu idea de que las lenguas, como "seres inanimados", no tienen derechos pero, como bien apuntas, la gente que la usa sí. Y, por tanto, apuesto por el respeto, la comprensión y la libertad del individio.
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