sábado, 15 de diciembre de 2007

Glamour y alta literatura

Nunca sabes qué es lo que se te va a quedar en el recuerdo para toda la vida, nunca sabes lo que te va a marcar, como no sea retrospectivamente…
(uy uy qué pesturrio a Javier Marías tiene este comienzo)

Lo que decía, que a veces me pregunto por qué unas cosas se vuelven a la larga tan importantes y otras no. El día que Carmen Martínez entró por la clase con sus tacones negros de firma (estoy seguro de que lo eran) y nos leyó aquel cuento en voz alta, ¿lo llevaba preparado o fue una improvisación?, ¿sabía ella lo que podría implicar para al menos uno de sus alumnos? Esto no lo he llegado a saber, pero ahora, cada vez que les leo a mis alumnos algo en voz alta, no puedo evitar pensar que tal vez les esté marcando en cierta manera. No sé, es el poder de la lectura en voz alta, de la escenificación, de la oración, un poder que hunde sus entrañas en el origen de los tiempos (los aedos, los juglares y trovadores) y que va más allá de toda pedagogía educativa.

El cuento que nos leyó Carmen Martínez aquel día fue La casa de Asterión, de Borges. Una exquisitez, vaya. Nada que ver con las gañanerías que me suelen gustar. Sin embargo, imagináos lo bien que lo leyó, que desde entonces lo considero mi cuento favorito.

martes, 4 de diciembre de 2007

Échale azúcar...

He estado pensando en esas canciones clásicas que he llegado a conocer, de manera indirecta, a través del cine. Sí, ya sé que el acercamiento no es el más ortodoxo… y es verdad que algunas de las pelis son unos pastelones de mucho cuidado, pero qué se le va a hacer, uno tiene sus debilidades... Ahí va:
  • En Cuando Harry encontró a Sally, Meg Ryan y Billy Cristal peleándose mientras llegan en coche a Nueva York, con Louis Armstrong cantando Let’s Call The Whole Thing Off.
  • Harry corriendo en fin de año por las calles de un Nueva York vacío, mientras Frank Sinatra canta It Had To Be You.
  • En La boda de mi mejor amigo, Julia Roberts roba el coche del catering de una boda para perseguir a Dermott Mulroney, con Jackie DeShannon cantando What the World Needs Now Is Love.
  • Sandra Bullock recordando una infancia teñida de naranja en Mientras dormías, mientras suena This Will Be (An Everlasting Love), de Natalie Cole.
  • En A casa por vacaciones, Holly Hunter y Dylan MacDermott disfrutando de un zumo de naranja y de ellos mismos en un avión vacío, con fondo de Nat King Cole y The Very Thought Of You.
  • Meg Ryan le da la mano a Tom Hanks en lo alto del Empire State Building, y Jimmy Durante comienza a cantar Make Someone Happy, al final de Algo para recordar.
  • Meg Ryan, otra vez, por las calles vacías de París, y Paolo Comte y su mítico Via con me, en French Kiss.
  • Barbra Streisand cantándole al piano As Time Goes By a un alelado Ryan O’Neal en ¿Qué me pasa, doctor?.
  • Ellos dos también cantando el You’re The Top de Cole Porter al final de la misma peli.
  • En Mucho más que amigos, Jennifer Aniston y Paul Rudd comen helado en la cama mientras ven bailar en la tele a Gene Kelly y Debbie Reynolds. Y en la siguiente secuencia, los vemos a ellos dos en clase de baile, bailando esa misma canción: You Were Meant For Me.

(Se admiten más canciones en vuestros comentarios)

sábado, 1 de diciembre de 2007

Qué grande es el cine… ¡¡americano!!

Así lo digo, sin complejos. Me encanta el cine americano. Me encanta que no tenga esa falsa trascendencia que tanto suele darse en el cine europeo, y en rollos nacionales como los de Fernando León-córtateelpelo de Aranoa.

Y lo digo porque acabo de tener dos revelaciones. La primera fue ayer. Se trataba de ponerme al día en eso de los referentes, tal como decía en otro post. Pero ahora se trataba de referentes cinematográficos, no literarios. Y lo hice nada más y nada menos que con Cantando bajo la lluvia.

Aluciné, flipé, me emocioné, lloré. Eso es cine, y no Los lunes al sol. Y que me perdonen los intensitos que aman ese tipo de cine independiente. A mí el mensaje por el mensaje no me va. Yo necesito una historia, ritmo, acción. Y si de paso hay mensaje, pues mejor. Pero que sea sutil, por favor, yo no quiero ni panfletos ni propaganda. Me considero, modestia aparte, más inteligente que todo eso.

Dime tú si tiene o no tiene precio ver bailar a Gene Kelly y a Debbie Reynolds el número de You were meant for me. Y ahora piensa en Javier Bardem paseando barriga falsa, barba postiza y calva mal afeitada por esos sucios y nublados astilleros de Vigo. Todo para darnos cuenta de lo energúmenos y mendrugos que son los hombres españoles de una determinada generación. Pues menudo mensaje.
¿Tú con qué te quedas? Yo no lo dudo, con Gene Kelly.


La segunda revelación ha sido el corto que Martin Scorsese ha hecho como anuncio de Freixenet para estas navidades. Hitchcock en estado puro. El Hitchcock que más me gusta, el de Vértigo y el de Con la muerte en los talones. Espectacular y 100 % americano. Cine de ese que se te mete en por las venas e incluso te llega a marear. De ese que crea adicción.