jueves, 15 de enero de 2009
La estrella ¿perfecta?
Allá por aquellos tiempos en los que en España estábamos más que saturados con El príncipe de Bel Air, esa serie que Antena 3 se ha encargado de emitir y re-emitir hasta la extenuación (y ¡atención! que aún lo sigue haciendo en sus canales de la tdt), yo descubrí que Will Smith era un pedazo de actor. Fue con Seis grados de separación, en la que Smith les plantaba cara a Donald Sutherland y Stockard Channing y no sólo salía más que airoso, sino que llegaba a hipnotizar mientras su personaje hablaba de una falsa tesis sobre El guardián entre el centeno. Después de aquello, no puedo decir que el actor se haya visto en un duelo interpretativo a esa altura (no he visto Ali, pero tampoco me interesa; ya sabéis lo que pienso de las impersonations). Pero que el tío tiene madera de estrella, de eso no hay duda. En Soy Leyenda estaba espectacular. En Hancock, siendo como es la peli un bodrio, y llevando ese traje de cuero tan ridículo, Will Smith seguía llenando la pantalla, y yo seguía creyéndomelo. Después de ver su paso por El Hormiguero de Pablo Motos, ¿alguien puede dudar de que a Smith no hay estrella de Hollywood que le pueda?
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1 comentario:
Creo, sinceramente, que un ultracuerpo de la Cienciología se ha apoderado de Will Smith. Como aquella cucaracha gigante a la que tuvo que enfrentarse en Men in Black. ¡Igualito que al Cruise! Algo les debe ocurrir en ese centro que les obliga a mostrarse en público excesivamente contentos y atentos. Si tuviese que elegir, porsupuest, me quedo con las interpretaciones cachondas de Smith pero... ¿no te huele mal tanta amabilidad y tanta facilidad para quedar como un idiota americano?
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