lunes, 17 de agosto de 2009

Lecturas ligeras para el verano (2)



Paseando por la noche fuengiroleña, con la camiseta pegajosa y los pies manchados de negro por culpa de esa arena impregnada en alquitrán, te encuentras con puestos de abalorios jipis, gafas de sol falsas y libros de ocasión. Todo de usar y tirar. El verano en su máximo esplendor.
En uno de esos puestos me compré Tristezas de amor por 5 euros. No lo compré sólo por el tema, una especie de reciclado y conglomerado literario de la revista Hola (lo cual para la playa está de lujo, y si es Fuengirola todavía más), sino porque la autora es Marta Rivera de la Cruz, a la que conocí en persona como ya conté en otro post. No voy a juzgar a la autora por este libro, porque está claro que es material de encargo, y porque ya lo hice con una de sus novelas en este otro post. Sí puedo decir que el libro se lee en un día, y que me ha recordado mucho a Pasiones de Rosa Montero, otro que se lee en un periquete, si bien creo recordar que tenía algo más de calado emocional (aunque también puede ser que cuando lo leí, de adolescente, mi sentido crítico apenas estaba desarrollado).

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