lunes, 12 de noviembre de 2007

Mi triunvirato personal: Jesús, Beethoven, Lorca


I) Jesús de Galilea: el misterio vital.
En esta era new age en la que todo el mundo busca resolver el misterio de la vida en el exótico Oriente o en los libros de Coelho, yo me quedo con un misterio más nuestro, de los de toda la vida. El de un hombre del que desde pequeño todo el mundo te habla, pero del que, en verdad, lo único que se sabe es que existió y se llamó Jesús. Y eso porque lo cuenta un tal Flavio Josefo, historiador romano. Lo que a eso hemos añadido los cristianos, desde hace 2.000 años, es para unos, cuestión de fe, y para otros, folklore. Pero menudo folklore, chaval: algunas de las ideas contenidas en los evangelios (apócrifos o no) son tan innovadoras que habría que esperar hasta un Marx o un Nietzsche para escuchar algo parecido. Podría decir que 2.000 años de iglesia cristiana no han podido aún cargarse las sutilezas de su mensaje, pero es que ya no es ese mensaje lo que me tiene tan pillado, es el misterio que rodea a la figura de este tío y la tentación de pensar que por una vez en la historia hubo alguien consecuente y con las ideas claras.

II) Ludwig van Beethoven: la obsesión adolescente.
Beethoven me gusta desde los 12 años, cuando Laura Garrido empezó a grabarme casetes primero con la Pastoral, luego con el Emperador, y finalmente con el resto de sinfonías y conciertos. Y así, durante el final de la EGB y principios del BUP me convertí en un auténtico freak de Beethoven. Llevaba su “foto” en mi carpeta y escuchaba al día un mínimo de dos sinfonías y un concierto (o dos conciertos y una sinfonía, lo mismo da) a todo meter, en mi cuarto, y en una época en la que los auriculares no se llevaban, con lo cual creo que hice escuchar música clásica a medio bloque. Pero que quede claro: no era pasión por la música clásica; era una devoción única y exclusiva por Beethoven. De rebote llegué a escuchar algo de Mozart (el Réquiem) o Schubert (la Incompleta), pero poco más. Como resultado, podría decir que desde entonces he tenido un excelente gusto y oído musical, pero mentiría. Con 16 años, de Beethoven pasé directamente a Roxette y Ace of Base. Qué queréis, después de cuatro años de friki, uno necesitaba socializar a toda costa.

III) Federico G. Lorca: ¡esa guirnalda! ¡pronto! ¡que me muero!
Un gitano apaleado que pide agua (agua con peces y barcos); un Amnón palpitante cuyo cuerpo cubre la yedra del escalofrío; los pechos –yunques ahumados– y los muslos de amapola de Soledad Montoya; las gotas de sangre debajo de las multiplicaciones, de las divisiones, y el Hudson emborrachado con aceite; esa Cuba (¡oh curva de suspiro y barro!); ese aire transparente y esa dalia de penas y alegrías que manda un corazón caliente…Pues eso, que qué te voy a contar, que ningún otro me los coge tan bien cogidos como lo hace Lorca con imágenes como éstas. Y paso de explicarlas, de explicármelas incluso a mí mismo, que no las entiendo y que las entiendo tan bien.Y no voy a negarlo: también está el hecho de que lo mataron. De cómo lo mataron. Seré un sentimental, pero lloro cada vez que, gracias a Machado, puedo imaginar a Lorca diciéndole a la muerte aquello de:
“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”
Y cada vez que leo estas palabras, soy, como Miguel Hernández, “de los que gozan una muerte diaria”.

2 comentarios:

PANI dijo...

¡Qué coraje, oye, no haber sentido nunca interés por Lorca! Pues leo lo que has escrito y me da envidia. Siento ganas de conocerlo, aunque sepa a ciencia cierta que cuando me ponga no entenderé un carajo, me cansaré y lo dejaré con las mismas ganas con que lo tomé. La poesía y yo nunca hemos sido muy amigos, aunque Miguel Hernández es otro cantar...

En lo de Beethoven ni entro ni salgo, desapasionada que es una... Pero en lo de Jesús sí, porque mira que, atea como es una, sea por la educación o por el propio atractivo del personaje, no me resisto a él. Siento una extraña y desapegada fascinación por él, por Jesús, pero en general por el libro entero de la Biblia. Releo de vez en cuando los Evangelios, por el purito placer de releerlos y si dentro del libro hay algo que me gusta, es el Antiguo Testamento. Ese es el Dios que yo prefiero, el de la Ira, el que inspira temor, el vengativo, el del ojo por ojo, el de las plagas. Ese me subyuga.
Cositas que tiene una...

Anónimo dijo...

Lorca, lorquita... mi federiquito. El salero, la gracia, la inocencia, la fuerza y toda la trascendencia que el miedo a la muerte aporta. Porque aunque no querías te has muerto para siempre, como todos los muertos de la Tierra que se olvidan en un montón de perros apagados. Pero, quién se olvida de ti?, de tu miedo a cruzar solo la calle, de tu amor por los gitanos de Granada y los negros de Cuba, todo cabeza y corazón, todo palabra y pasión. Andaluz hasta la médula, quizás por eso siento tan adentro tus versos, surrealistas o románticos, cada una de las palabras que pones en boca de mujeres que pudieron ser mi abuela, mi madre o yo. Tan universal como esa luna, a la que las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas, verdad felicis?

Jesús, jesusito... eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. En el subconsciente colectivo de Occidente existe la siguiente asociación: Jesús igual a amor, protección, libertad ( que cada cual entiende a su manera), esperanza... Cómo no sentirse atraído por todo este buen rollo. Jesús es un superviviente. Un superviviente del boicot del poder, el dinero, las mentiras... en definitiva, de su peor enemigo: el catolicismo. Y claro que era el hijo de Dios, como todos, siento yo. A tomar por el culo la mafia de la iglesia, "porque el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía..." y arriba la espiritualidad que le sale a cada uno de la punta del... A la mierda la razón y arriba la intuición, ¿es que vivir no es un acto de fe?

"Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitatd,
la mitad irredimibe
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todo
en la última fiesta de los taladros".
F.G. Lorca

Beethoven, Beethoven, lo siento, pero no tengo palabras para ti; es que no se puede abarcar tanto hijo, no soy tan completa. Dicen que vales mucho, pero mira por donde sólo te conozco de refilón, por un amigo mío, encantador, que se gastó en ti su paga de adolescente. Ea Don Felicis, buen triunvirato, te alabo el gusto.¿Qué haces en Navidad? ¿Nos vemos?