De Ugly Betty ya había visto algo, y al volver a verla he confirmado que los americanos no se han contentado con hacer un remake facilón como el resto de copias de la original colombiana que se han hecho en todo el mundo. La Betty americana es la única Betty que no es una caricatura, y que tiene entidad propia como personaje, y eso es mérito de la premiada America Ferrara, pero también de unos inquietos guionistas que capítulo a capítulo se superan, sabiendo que la serie es un cuento de hadas, por supuesto, pero que no por eso ha de ser facilona ni políticamente correcta.
Pero vamos a la segunda, Brothers & sisters, que es la que me ha hecho correr al ordenador para escribir este post. Acabo de ver ahora mismo los dos primeros capítulos y hacía mucho que no veía un trabajo de guión tan bueno. En apenas 45 minutos (los del capítulo piloto) los guionistas han sido capaces de condensar una espectacular presentación de personajes interrelacionados, con sus cargas emocionales, sus contradicciones y sus ambigüedades, y todo sin tracas ni efectismos. Y ya estoy enganchado, porque los personajes están tan bien construidos que ahora sólo queda dejarlos ser, dejarlos actuar, como eso que dicen los escritores sobre el proceso literario (cuando hablan de personajes que cobran vida propia y doblegan la voluntad del propio escritor), lo de que se convierten en meros canalizadores de las historias hacia el papel.
Aunque en la vida real muchos americanos sean una panda de cabezas huecas (y esto es otro de esos absurdos axiomas que está por probar), en muchas de las series americanas no se da nada por sobreentendido. Todas las ideas se pueden discutir, todos los puntos de vista son respetables. En España vivimos en estos días un posicionamiento muy peligroso, hay que ser o de izquierdas o de derechas, y si eres de izquierdas debes, por ejemplo, apoyar el sistema de autonomías y odiar a Gallardón (lo cual me es imposible, de corazón, en ambos casos). Eso es un estrés. Probablemente en Estados Unidos, a pie de calle, pase lo mismo, pero al menos en sus series hay cabida para el debate. Y mirad que estoy hablando de sus series, no de sus películas indies o de su literatura underground. No. Estoy hablando de series comerciales creadas para las cadenas generalistas, en busca de la máxima audiencia, y de un debate que se plantea ya desde el capítulo piloto, sin esperar a que la serie esté ya consagrada y no haya así tanto riesgo. Eso es echarle cojones. O tal vez, simplemente, ser un buen guionista.
3 comentarios:
Después de pasarte dos años sin ver la tele, has elegido bien: una comedia y un drama familiar. A Betty me la presentaron hace un par de semanas y me divierte mucho. Sin duda, es la mejor versión del culebrón colombiano que se ha hecho hasta ahora. Y a los Walker los conocí el verano pasado y en cuanto salió la edición en dvd corrí a comprármela. Los personajes, como dices, están magníficamente desarrollados. Incluso la Calista que me crispa, se sale. Mis favoritos son Rachel Griffiths y Mattew Rhys. Los diálogos entre los hermanos son brutales y el drama pues tiene su rollete. Son una familia de lo más creíble. Y puestos a recomendarte algo después de tu "letargo catódico", si te van los rollos familiares no debes perderte Six feet under (hbo). La mejor serie familiar de la historia. ¡Magnífica! Claro que si buscas otro tipo de familia, tienes a los Soprano, a los isleños de Perdidos, a los hermanos Scofield y si te gustan las comedias absurdas, a los Bluth (Arrested developmet). Dicho esto, sólo me queda darte la bienvenida al maravilloso mundo del yonqui catódico.
De Brothers & Sisters me gusta casi todo... y Calista no es la que más me gusta, por cierto. Me quedo con el hermano gay, irónico hasta la médula... y la madre, vaya papelazo!!! Me alegro que te haya gustado... Alberto
Sin duda, la Calista podría no estar en el clan de los Walker pero hace falta. No sé, tiene ese punto de niñita repelente odiosa que cuando no está, se echa de menos. No es santo de mi devoción pero admito que como Kitty Walker está muy bien. Pero, porsupust!!, los mejores son Kevin y Sarah. ¡Qué bonitos momentos nos ha regalado! Como esa parada en el bar de carretera lleno de militares o el juego interfamiliar o cualquiera de las cenas... ¡Buenísimos diálogos, grandiosos personajes!
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