Rosa Díez insta a ambos PP y Psoe a defender el castellano. Claro, no íbamos a ser nosotros menos que los nacionalistas, ¿verdad, Rosa? De lo que no me había enterado yo es de que el castellano estuviera en peligro. Habrá que preguntarle a los más de 400 millones de hispanohablantes que hay en el mundo, de ellos más de 40 millones en EEUU; o a García Márquez y Vargas Llosa, aún vivos y coleando; o a los espectadores de Pasión de Gavilanes y Betty la Fea, repartidos por medio planeta.
A lo mejor resulta que es verdad, que el castellano está en peligro por estos lares donde un día nació, pero yo he estado dos veces en Nueva York y allí, de peligro nada. En una semana no tuve que usar el inglés ni para decir good morning. Y que conste que uno lo habla, el inglés. Pero claro, si no ves la necesidad, no te sale.
Las políticas lingüísticas protectoras, lo sabéis, me parecen una chorrada. Están muy de moda, pero hay que pensar qué es lo que se protege y por qué se protege. Y el español no necesita protección, creedme que no. Si los catalanes son más papistas que el Papa, ¿nosotros también tenemos que serlo, Rosa?
A estas alturas, por mí como si en España sólo se termina hablando una mezcla del euskera y el catalán. Fíjate tú qué pena. Eso sí, lo irónico será que los niños ricos, los más pijos, se gastarán un pastizal en academias con profesores nativos llegados directamente de Colombia, Cuba o Miami, para aprender español.
No, Rosa, el castellano no necesita ser defendido. El tiempo será el encargado de ponerlo en su lugar, sea el que sea.
A lo mejor resulta que es verdad, que el castellano está en peligro por estos lares donde un día nació, pero yo he estado dos veces en Nueva York y allí, de peligro nada. En una semana no tuve que usar el inglés ni para decir good morning. Y que conste que uno lo habla, el inglés. Pero claro, si no ves la necesidad, no te sale.
Las políticas lingüísticas protectoras, lo sabéis, me parecen una chorrada. Están muy de moda, pero hay que pensar qué es lo que se protege y por qué se protege. Y el español no necesita protección, creedme que no. Si los catalanes son más papistas que el Papa, ¿nosotros también tenemos que serlo, Rosa?
A estas alturas, por mí como si en España sólo se termina hablando una mezcla del euskera y el catalán. Fíjate tú qué pena. Eso sí, lo irónico será que los niños ricos, los más pijos, se gastarán un pastizal en academias con profesores nativos llegados directamente de Colombia, Cuba o Miami, para aprender español.
No, Rosa, el castellano no necesita ser defendido. El tiempo será el encargado de ponerlo en su lugar, sea el que sea.
2 comentarios:
Hola Felicis,
Estoy contigo, la lengua es libre y de todos los que intentan adueñarse de ella sólo puede uno reírse compasivamente.
Me gusta mucho tu blog, aunque a veces me pones lo pelos de punta mezclando lo cutre y lo sublime (ya sabes, ¡García Márquez y Beti la fea en la misma línea!). Ya sé que te gusta provocar pero ya te vale...
Nos vemos en el insti, un abrazo
ole, ole y ole.
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