Wody Allen: No, sólo juega al escondite.
Maridos y mujeres
Desde aquel mítico "¡Clautrofobia y un cadáver! ¡El colmo de un neurótico!" de Misterioso asesinato en Manhattan, no había vuelto a escuchar tan buenos chistes en una peli de Woody Allen. Pero con Si la cosa funciona, Allen nos regala dos más, y de los buenos. Y como en Maridos y mujeres, volvían a tratar de Dios. El primero, cuando el padre de Melodie se ha puesto a rezar arrodillado, frente a su hija y al protagonista, Boris. Entonces, la hija le dice a Boris: "¿se lo dices tú o yo?". Y dirigiéndose al padre, va y le suelta: "No, papá, mira, no hay nadie, no hay Dios, nadie te está escuchando". El segundo, cuando ese mismo padre está en el bar, hablando de las maravillas que Dios ha creado, las montañas, los mares, los ríos, los animales, y su compañero de barra le contesta. "Claro, Dios es gay, ¡es decorador!"
Después, la peli tal vez no esté a la altura de las grandes cintas de Allen, y también es verdad que hay mucho refrito y reciclado (el principio me ha recordado, y mucho, a Poderosa Afrodita), pero, como dice el título, si la cosa funciona, qué más da. Y la peli funciona, vaya que sí.
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