sábado, 23 de agosto de 2008

Una palabra tuya: algo se diluye



Me ha gustado Una palabra tuya, pero más por la familiaridad, por el regocijo de volver a encontrarme con esos personajes queridos, que por méritos propios de la película, que en en fondo he de considerar algo floja.

Hay historias que deberían quedarse en el papel y sus adaptaciones al cine son como una blasfemia. Pero ¡cuidado! no es este el caso. No creo que los personajes que dibujó la genial Elvira Lindo tuvieran que ser exclusivamente literarios. Es más, su origen primigenio es cinematográfico: antes de ser parte de la novela, aparecieron en un episodio del film Ataque Verbal, de Miguel Albaladejo. No creo que sea este el caso, por tanto, de una novela que nunca se hubiera debido adaptar al cine. Al contrario, creo que la adaptación, dada esa semilla fílmica, se pedía a gritos. Es sólo que creo que unos personajes que la Lindo manejó con maestría, a Ángeles González Sinde se le van de las manos. En especial el de Milagros, que a mi parecer queda algo desdibujado en la película, y eso se resiente en la actuación de Esperanza Pedreño. No sucede así con Malena Alterio, que yo no pude evitar ver como una alter ego de la propia Elvira Lindo, pero que aun así me gustó. Es el personaje más agradecido en la película, el que está mejor delimitado (no así en la novela, en la que ambos personajes son igualmente jugosos).

Y fíjate tú, ese final tan con sabor a melodrama americano (con lo que a mí me gustan las americanadas), no me ha convencido. Prefería el final más abierto de la novela. No sé si es que a Ángeles González Sinde ese riesgo se le hacía muy grande, o si sencillamente prefería ponerle a la historia ese broche, pero al final, la sensación que queda es que la historia original se ha diluido, que parte del espíritu de los personajes se ha quedado en el camino, y eso a pesar de que la trama ha sido traspasada a la pantalla, en algunos casos, escena por escena, situación por situación, con fidelidad extrema.

1 comentario:

PANI dijo...

no he leído el último párrafo por miedo a que me destriparas el final... y quiero leer el libro... y quiero ver la peli...