Lo de Bayly en el post anterior me ha llevado a seguir buceando en la red y encontrar esta entrevista de Losantos a Alaska, que no es que tenga una enjundia especial, pero que cuanto menos me ha sorprendido. Federiquito está mucho más sosegado que en la radio, y a Olvido Gara es, como siempre, un placer escucharla. Buceando aún más, resulta que ambos son amigos personales desde hace más de 25 años, y que encima ella colabora en su programa de la Cope, donde dice sentir plena libertad para "ser como es y hablar como ella habla".
La entrevista, aquí:
Alaska me encanta tanto si trabaja en la Cope como si no. Que quede claro. Pero todo esto me da la sensación de estar perdiéndome algo. Sí, ya sé, en esta España bipolar (periodística y políticamente hablando) los librepensadores nos causan extrañeza y hasta desasosiego. Y yo soy el primero que no traga con el pensamiento único de la izquierda española. Que también se desespera a veces cuando escucha la SER o lee El País. Con la Cope no me desespero porque directamente no la escucho, y cuando me la encuentro en el dial, rara es la vez que no me llevo las manos a la cabeza a los dos mimnutos. En cuanto a El Mundo, igualmente apenas lo leo, pero me hace gracia que dé cabida a columnistas de todos los colores, desde el propio Losantos a Raúl del Pozo, y que se peleen entre ellos, y que hasta se pongan verdes.
Y aún así, cuando veo juntos a Alaska y a Federico, en amor en compañía, no puedo evitar tener esa sensación de estar perdiéndome algo. De estar viviendo una realidad paralela. ¿Seré yo entonces el corto de miras?
jueves, 13 de noviembre de 2008
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1 comentario:
No sufras, yo también me pierdo. Me cae genial Alaska. A ella le debo mi infancia pero creo que, cada vez más, es fachada. ¿Cómo puede ser que la coronada reina de la movida, de la estravagancia nacional, sea amiga personal de Losantos, de Raphael, defienda la monarquía y, al mismo tiempo, esté casada con una barbie loca? Quizá sea eso, que somos cortos de miras y no entendemos que con tus amigos compartes algo más que las ideas políticas o el gusto por el curry. O, ¿acaso no tienes amigos, buenos amigos con los que compartes secretos y vivencias pero no papeleta? No sé, será la grandeza de ser humano, de ser bipolares, de estar hechos de dos. En realidad, no somos más que la suma de dos que, a su vez, son el resultado de otro 1+1. ¡Qué cosas tengo a estas horas!
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