sábado, 2 de mayo de 2009
Más identidades (qué coñazo...)
2 de mayo. Día de la Comunidad de Madrid. Me levanto dispuesto a ir a Atocha a recoger un billete de AVE. Serán unos 20 minutos, pienso. Cojo el metro en Gran Vía, y por megafonía ya avisan de que los trenes llevan hoy un retraso considerable. Genial. Aun así, me cojo la línea azul. En la primera parada, Sol, el tren se queda parado durante más de 10 minutos. Harto, me salgo y decido ir andando. Pero cuando salgo a la Puerta del Sol, me encuentro con los actos de celebración madrileños. Tengo que rodear multitud de calles, porque está todo cortado. Policías a caballo, disfrazados de ¿franceses? (no estoy seguro) a los que me comería con patatas porque me impiden andar naturalmente por las calles de esta ciudad que tanto me gusta, que siento mía, pero que hoy me han usurpado.
Al final llego a Atocha con más de media hora de retraso. Todo sea por la celebración de la identidad madrileña, que desde el año pasado parece que se basa en tenerles inquina a unos franceses que nos invadieron hace 200 años. Claro, hay que agarrarse a eso porque Madrid no tiene identidad.
Pero es que eso es precisamente lo bueno de Madrid, la falta de identidad. Madrid es la única ciudad de España donde pones el pie y ya eres de aquí. Porque a nadie le importa, porque esta ciudad es un conglomerado de culturas caótico y desordenado, y por eso es el sitio ideal para vivir. Pero me jode que vengan las Esperanzas y los gobiernos a celebrar una identidad que gracias a dios hasta ahora no existía, y que se quieren inventar a costa de rencores prehistóricos que a los que vivimos aquí nos traen al pairo. Qué coñazo, chaval.
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1 comentario:
Yo... me remito a ese verso sabio de Jorge Drexler (ya sé que no te gustan ni los cineastas españoles ni los cantautores, pero bueno): "vale más cualquier quimera, que un trozo de tela triste".
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