No sé si soy un exagerado, pero en el caso Rayan creo que habría que ir más allá. Ni la enfermera, ni los doctores que la supervisaban, ni siquiera el director de hospital. La sanidad pública en Madrid está bajo mínimos (igual que la educación pública, que se está convirtiendo en un ghetto) y nadie dice nada. Ni siquiera la de la foto, que es la máxima culpable.
¿Se atreverá a decir algo o preferirá seguir inaugurando todo lo inaugurable a lo largo y ancho de la comunidad?
martes, 14 de julio de 2009
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