Es de José Antonio González-Iglesias y se titula No me interesa la tradición débil. Sé que hoy, como la primera vez, me pierdo muchas de las referencias del poema, pero me sigue emocionando igual:
No me interesa la tradición débil
de la literatura. Este verano
leo a San Agustín, a Maquiavelo,
Thomas de Quincey, Esquilo,
Umbral y Montherlant.
No me interesan los emperadores
últimos, que firmaban
su abdicación a lápiz, por si acaso.
Tampoco quienes pliegan el periódico
para no ver algunos titulares.
Esta tarde tenemos
que pasar a la acción urgentemente.
Desandar el sendero de la serenidad
con las personas de temperamento
irregular, con hombres
de cabeza viril y saludable.
Tener con Dios la misma relación
que dos osos que luchan en la cueva.
No me interesa la sabiduría
sino la conmoción.
Me interesa el kilómetro
despedazado, el campo de relámpagos
de Walter de Maria, los lugares
humildes donde acudo a esperar lo sublime.
Mi maestro me ha enseñado
que hasta la erudición es una forma
de la sensualidad.
Ya sólo me interesa
ser igual que Walt Whitman,
un puro protoplasma literario,
un organismo simple que se comunica
de manera directa con el mundo.
Me interesan tus piernas, tu cintura,
tu torso receptivo de claridad,
tu paquete que crece debajo de mi mano,
tu dentadura, esa aristocracia
que es un puñado de naturaleza.
A los treinta y seis años
ya sólo me interesa ser amor.

...el campo de relámpagos de Walter de Maria...
1 comentario:
:)
Felix Malo.
Si, lo puse sin tilde. Já!
Publicar un comentario