sábado, 7 de noviembre de 2009

Indie, pero clásico



No creo que lo que convierta a 500 días juntos en una gran película sea la originalidad visual, los saltos atrás y adelante en el tiempo o las pantallas partidas. La valía de la peli está más en lo que tiene de clásico, por mucho revestimento indie que tenga (y que es además lo de menos). Durante la escena final del banco, en el momento de la despedida, las expresiones de los dos protas, su miradas, me han retrotraído a películas como The way we were y todas esas obras maestras que alguna vez trataron ese manido pero estupendo tema de "lo que pudo ser y no fue". 500 días juntos, siendo tan pequeñita y alternativa, acierta en la diana y toca el corazón en la misma medida en que lo hacían esas grandes películas, de grandes directores, en las que esos amores, bigger than life, arrasaban con todo.

La pena quizá sea que, a pesar del supuesto alternativismo de la cinta, se incluyera como epílogo ese guiño naïf a modo de concesión para el gran público. Pero con todo y con eso, la peli no deja de ser una joyita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la americanada mas perfecta que he visto