No tengo ningún problema con las películas absurdas. Tampoco tengo problemas con el cine infantil. Ni mucho menos si se trata de algo infantil y absurdo. Ahí está Spy kids, la boutade de Robert Rodríguez que disfruté como un tonto. (Y ahora que lo pienso, ¿acaso no es todo lo que hace Rodríguez una boutade?). Pero si hay algo que no soporto es la falsa pretenciosidad, y si encima está revestida de esa también falsa ingenuidad dadaísta o naíf o como se le quiera llamar (sea lo que sea son corrientes más que superadas), pues peor me lo pones.
Todo esto lo tiene Donde viven los monstruos, de Spike Jonze. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que la peli es aburrida hasta el delirio. No hay nada, absolutamente nada en esta peli sindonga que pretende ser un análisis de la vida desde la óptica de un niño, pero que al final no cuenta nada. Y a eso hay que sumarle el problema del niño protagonista, al que desde la primera escena quieres asesinar por malcriado. Un niño mimado que debe ser un alter ego del director, porque está claro que una peli como esta sólo la podía hacer un niñato con aires de grandeza metido a director de cine.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Las absurdas (aburridas y pretenciosas) fantasías de un niño (mimado)
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1 comentario:
"al que desde la primera escena quieres asesinar por malcriado" jajajajajajajajajaja
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