A Emma García no se le cae la cara de vergüenza de presentar las dos bazofias más genuinas que hay en la televisón actual. Qué va. A ella se la ve súper a gusto. Con sus dientes hipergrandes y debidamente blanqueados, su pelo teñido y ondulado, y sus largas uñas lacadas, a esta mosquita muerta la mierda que tiene alrededor parece que le resbala. Como si no fuera con ella.
Pero yo te digo, Emma, que te va a pasar factura. Un día te mirarás en el espejo y ya no verás ni los dientes, ni el pelo, ni las uñas, sino la mierda esa con la que no has dejado de revolcarte desde que llegaste a Telecinco.
Paola Ortega, redactora de la web de Telecinco, la describe así:
Rebosa energía, es crítica muchas veces, espontánea, hiperactiva, tenaz, luchadora y... sí, algo cabezota. Emma García nació el 8 de junio de 1973, en Ordizia (Guipúzcoa) y siempre soñó con dos cosas: ser feliz y periodista. Cuando terminó la carrera comenzó a trabajar en un periódico de Navarra; más tarde se abrió una televisión en la zona y decidió apostar por el mundo de los focos y los platós. Está claro que su decisión fue todo un acierto.Emma García presenta en este momento los programas Mujeres y hombres y viceversa y El juego de tu vida. Y estoy seguro de que, a día de hoy, que esto sea un acierto no se lo cree ni ella.
2 comentarios:
Sólo la gente con un mínimo (minimísimo, tampoco vamos a ser más papista que el Papa) sentido de la ética, de lo que está bien y de lo que está mal en eso que se llama la res publica, podemos pensar que a esta santa periodista, que tiene pinta de haber sacado sobresalientes en la carrera, se le tiene que pasar por cojones por la cabeza que su complicidad en lo que hace a diario no tiene nombre. Pero eso es porque somos unos ingenuos de tomo y lomo. Hay gente que no es así y punto. Y cuanto antes entendamos esto antes comprenderemos mejor el mundo en que nos encontramos y dejaremos de llevarnos las manos a la cabeza. Hay gente que le da igual veinte que ochenta, que le da igual meter la mano en la caja del dinero público, que le da igual meter miles de euros a cuenta de los contribuyentes a sus gastos personales, que le da igual pagar por entrevistar a unos delincuentes y encima hacer bandera de ello, que les da igual ayudar a embobar al personal manoseando sin pudor los instintos más bajos del ser humano.
y por cierto, he puesto diéresis donde no debía. acepto la penitencia que me impongas.
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