miércoles, 21 de octubre de 2009

Esto no lo levanta ni la Machi



La tortuga de Darwin
es la prueba de que una buena actuación no salva ni una obra, ni una película, ni una serie. Carmen Machi hace un trabajo espectacular, y lleno de matices. Pero a su alrededor todo era un despropósito. El guión estaba lleno de tópicos y de un surrealismo autocomplaciente y, a estas alturas, trilladísimo. El ritmo era lento lento. Los demás actores parecían dirigidos por su peor enemigo, como si cada uno actuara en su propia obra particular: el clown, el expresionista, el naturalista...

Al final hasta la propia Machi se me hacía pesada. Por muy bien que lo hiciera, semejante tostoncete no había quien lo levantara.

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