lunes, 10 de marzo de 2008
Lúcido Marías
No voy a decir que lo haga siempre, porque ser brillante todas las semanas no es posible, pero cuando atina, Javier Marías es impresionante. Me han encantado los derroteros que ha seguido en su último artículo de El País Semanal: déjense, gentes, de ideales trastornados, y aterricen a la realidad; para ser persona hay que arrimar el hombro y dejarse de trascendentalidades. Me ha sorprendido de Marías, en sus novelas siempre tan elevado, esta defensa del voto útil. Léanla. Podrán estar de acuerdo o no, pero lo que es escribir, el tío se sale.
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2 comentarios:
Me he llevado mucho tiempo sin leer a J. Marías. De sus primeras novelas guardo un recuerdo muy leve, siquiera alguna imagen. Son problemas míos de lectura. Después, por diversos caminos llegué a "Tu rostro, mañana", la primera parte, y como la encontraba densa y me perdía en los vericuetos de su prosa me di en leerla en voz alta. ¡Qué descubrimiento! era lo mejor que había leído en mucho tiempo y cómo sonaba, tan bien o igual que cualquier poema de los que nos gustan. Siguiendo ese método de declamación en la página cuarenta ya no lo necesitaba, había interiorizado el ritmo y el sentido de lo que allí se decía. La terminé llorando ¿?
La columna de los domingos nunca me la pierdo, es más el País de colorines, cada vez más frívolo e insustancial, lo empiezo por ahí y apenas leo algo más. A todos me los sé de memoria ya. Besos
Leo la cita de Faulkner y se me ponen los pelos de punta. Sonrío.
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