Apenas un mes después de ver Tío Vania de Chéjov me veo cara a cara con el Rey Lear de Shakespeare y me resulta no sé si más moderna, pero sí mucho más vigente. Quizá haya sido el montaje (no he leído el texto original), pero la versión del Centro Dramático Nacional me ha dejado noqueado. Ese trío calavera formado por Gonerill, Regan y Edmond (dos femmes fatales tremendas y el gañán exquisito, los tres revolcándose en su propia lascivia) eran auténtico cine negro. O ese bufón (o antibufón), como un Pepito Grillo para el rey, qué creación más magistral. Y ese Tom gritando a su propia sombra (Smulkin!!), adelantándose siglos al Sméagol de Tolkien.
El Rey Lear fue escrita en 1605. Y casi da vértigo pensar que hace más de 400 años el bardo de Stratford ya lo había inventado todo, combinando culebrón y filosofía en una mezcla perfecta.
El Rey Lear fue escrita en 1605. Y casi da vértigo pensar que hace más de 400 años el bardo de Stratford ya lo había inventado todo, combinando culebrón y filosofía en una mezcla perfecta.
¿Por qué Shakespeare es Shakespeare? Vayan a ver Rey Lear en el Valle-Inclán (o de gira) y me dicen.
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