Herederos es un culebrón. Vale. Herederos no es original, porque es un Falcon Crest a la española. Vale. Herederos tira del tópico español más rancio, el del mundo del toro. Vale. Pero eso no lo convierte en algo malo. Que un producto audiovisual sea funcional y no quiera tracender ni reflexionar sobre el sentido de la vida no lo convierte en algo malo. Herederos está bien escrita, bien actuada, bien realizada. La serie engancha, porque a la típica estructura de culebrón se le han incorporado tramas de misterio que se integran a las mil maravillas, jugando todo el tiempo con las elipsis. Igual que se está haciendo en las series americanas actuales. Creo que es la primera vez que veo una serie española y se me olvida que es española, por mucho toro, mucha muleta y mucho ruedo que haya en la serie. Los tópicos son lo de menos, si están bien usados. ¿Acaso los americanos no han hecho miles de películas de cowboys, muchas de ellas obras maestras? Y no digo que Herederos sea una obra maestra, pero a falta de ver el resto de capítulos, puedo decir que es una serie de manual, de la que muchos de los que hacen TV en España deberían aprender.
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Podría hablar también de que Concha Velasco es una fiera, de que Félix Gómez se come la pantalla. Pero es que la serie funciona incluso con los actores más flojos. Es mentira eso de que un actor puede sacar a flote una peli, o una serie. Los más grandes actores de nuestro país han hecho series españolas que eran una bazofia. Para que un producto funcione, tiene que haber un buen planteamiento de partida: un buen guión y una buena puesta en escena. Herederos los tiene.
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